Exposición permanente: Evaristo Valle. «Calvario», c. 1900-1905.
- Home
- Actualidad
- Exposición permanente: Evaristo Valle. «Calvario», c. 1900-1905.
Junto a las cerca de un centernar de obras de Evaristo Valle que forman parte de la exposición permanente del Museo, están aquellas que atesoran nuestro archivo y almacén y que van rotando dentro de la colección permenente o bien forman parte de alguna de las muestras temporales que vamos organizando. Calvario es una de estas últimas, que hoy, Viernes Santo, os traemos a través del museo virtual
Evaristo Valle
Calvario, c. 1900-1905
Lápiz y gouache sobre papel, 300 x 250 mm
Gijón, Fundación Museo Evaristo Valle
Situadas en un promontorio que cae a pico, las tres cruces del Calvario se recortan a contraluz sobre un cielo tormentoso, iluminadas por la incierta luz de un relámpago que estalla detrás de Cristo. En la esquina inferior izquierda de la composición, se vislumbran las torres y cúpulas de una ciudad.
Si bien en el pasado Calvario se fechó hacia 1894, creyéndose una de las primeras obras de Valle, por su supuesto carácter inhábil y una factura y temática difíciles de insertar en los modos de hacer posteriores del artista, lo cierto es que el marcado expresionismo de la escena, realizada con pinceladas muy sueltas en una mezcla de tonos azules, grises, sepias, marrones y blancos, denota el incipiente interés del pintor por la obra del Greco, interés que había crecido en los círculos artísticos españoles en las dos últimas décadas del siglo XIX. Así, en 1902, en su primera excursión artística a la capital española, Evaristo visitó el Museo del Prado, Toledo y El Escorial, los tres centros de referencia obligada para conocer la obra del Greco.
Además, la economía cromática de Calvario, que recuerda a la técnica de la grisalla, puede emparentarse con otras obras de temática religiosa de mediados de la década de 1900, como Salida de una procesión (c. 1905, Fundación Museo Evaristo Valle). Asimismo, en el reverso de Calvario hay un apunte a lápiz que muestra a varios hombres en la barra de un establecimiento atendidos por el patrón del local, como en Interior de chigre (1906, colección particular), ilustración resuelta también a base de aguada gris con toques de blanco sobre un soporte marrón.