Colección

Colección de conchas del Museo Evaristo Valle.

La colección de conchas de la Fundación Museo Evaristo Valle fue realizada a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX con criterios científicos por D. Evaristo del Valle, padre del pintor Evaristo Valle, quién desempeñaría, en las entonces colonias españolas de Filipinas, funciones de Gobernador de la isla de Leyte, Alcalde Mayor de Batangas y Alcalde tercero de Manila, así como después Magistrado de la Audiencia de Puerto Rico, donde fallecería en 1885.

Conservada con extraordinario aprecio por su hijo, el pintor Evaristo valle (Gijón, 1873 – 1951), a excepción del duplicado donado por D. Evaristo del Valle al Instituto Jovellanos de Gijón, en 1869, y desaparecido en la Guerra Civil española, la Colección tiene un notable interés histórico y científico, al haber sido recolectados muchos ejemplares con anterioridad a que la ciencia les diera nombre, en ecosistemas todavía no esquilmados por el hombre y con ejemplares de gran tamaño y rareza, poseyendo además, el interés añadido de ser una de las poquísimas colecciones del siglo XIX que nos ha llegado intactas, habiendo permanecido, además, desconocida hasta fechas recientes.

Está formada por más de 2.000 ejemplares pertenecientes a cerca de 900 especies diferentes y agrupadas en un centenar de familias. En su gran mayoría corresponden a animales marinos y, en menor medida, a moluscos terrestres y fluviales de las islas Filipinas. El 85% de las especies de la colección fueron recolectadas en la región Indopacífica, el 10% en el mar Caribe y el 5% en el mar Cantábrico.

Después de ser estudiada a mediados de los años ochenta por el profesor Jesús A. Ortea, quien en 2002 nombraría en honor del pintor una nueva especie, Hyalina vallei la colección se expone parcialmente en el Museo Evaristo Valle agrupada por familias, junto a documentación referente a su ámbito de distribución, particularidades biológicas, culturales, gastronómicas, ornamentales, etc.

Se muestran también algunas de las vitrinas que pertenecieron al pintor y que, conteniendo algunas piezas heredadas de su padre, y otros objetos de sus antepasados, permanecieron siempre en su estudio como referencia rica y sutil de recuerdos, formas, texturas y colores, tan apreciable en su obra pictórica, aunque la concha no apareciera nunca directamente representada, como tantos otros artistas de todos los tiempos lo hicieron.