Arias. Homenajes vertidos, 1992 y últimos vertidos

Doy el nombre de vertidos a estas obras porque el procedimiento pictórico empleado en su realización responde al concepto más preciso del término: acto de derramar pintura sobre una tela. 

La utilización de lonas de desecho y toda clase de elementos, también de desecho, que se colocan bien encima, bien debajo del vertido, responde al concepto más moderno del término que incluye la derrama, ya no solo de líquidos y áridos sino toda suerte de detritus y materiales sobrantes.

Es el vertido uno de los cauces de expresión más directo de los que dispone el ser humano. El amor, el dolor, la emoción, la tristeza, la entrega absoluta se rubrican con un vertido. El llanto y las heridas, las lagrimas y la sangre llenan las páginas de los poetas y, las maderas y telas de anteriores artistas.

Contiene en su esencia formal (ya sea salpicado, chorreo o goterón) una tremenda fuerza expresiva, que tan acertadamente ha sido utilizada a lo largo de estos cincuenta últimos años de pintura. Experiencias como el happening o el dripping; movimientos como el informalismo o el expresionismo abstracto, pintores como Miró, Pollock, Jaspers Johns, Zap Wou-Ki, Twombly, Millares o Tapies, entre otros muchos, son claros ejemplos de la utilización de este torrente expresivo. Son, a la postre, sabios continuadores de toda esa pintura religiosa que nos antecede

Estas palabras, pertenecen a un lúcido texto de José Arias que acompañaba a su exposición «Vertidos» en la santanderina Galería Trazos Tres, allá por 1993. Exposición que fue planteada como homenaje a las vanguardias históricas del siglo XX, el cubismo, Braque, Juan Gris, el collage, el surrealismo, Max Ernest, Miró, Dadá , Duchamp, Picabia, 291, La Bauhaus, Kandinsky, Paul Klee, Mondrian…., y que sería el inicio de una fecundísima, rigurosa y pionera trayectoria de investigación pictórica alrededor del vertido, que llega hasta nuestros días, con aportaciones  fundamentales en sus aspectos éticos, técnicos y formales.

Tres décadas después de esa exposición y cuando se cumplen 70 años del nacimiento de José Arias (Gijón, 1953) el Museo Evaristo Valle ha querido volver a exponer, con el título de «Homenajes vertidos», nueve de esas pinturas premonitorias, a las que acompañan dos revisadas en 2002, así como otras cinco pertenecientes a su producción última, de manera que nos permita evaluar la depuración técnica y formal alcanzada por la obra reciente de José Arias.

Diez de las obras de «Homenajes vertidos» han sido generosamente donadas por el autor al Museo Evaristo Valle, que se incorporan a los fondos de Arias existentes en la institución.

La exposición se prorroga hasta el 31 de marzo de 2024.