RECORDANDO A GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ Y A JOSÉ LUIS POSADA MEDIO

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21Abr
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José Luis Posada Medio (Villaviciosa, Asturias, 1929 – San Antonio de los Baños, Cuba, 2012) Caricatura de Gabriel García Márquez, 1986 Pluma, tinta china s. papel, 35,6 x 23,9 cm Depósito de los herederos en el Museo Evaristo Valle

JOSÉ LUIS POSADA MEDIO, (Villaviciosa, Asturias, 1929 – San Antonio de los Baños, Cuba, 2002)
Caricatura de Gabriel García Márquez, 1986
Pluma, tinta china s. papel, 35,6 x 23,9 cm
Depósito de los herederos en el Museo Evaristo Valle

«…Digamos una vez más que al hablar de influencias en Posada nunca es posible admitir una fuente única, pero de entre todas las que puedan proceder de esa poderosa y plural corriente que hemos aceptado llamar realismo mágico, hay una de singular importancia, la de Gabriel García Márquez. No es exagerado afirmar que la influencia de su literatura en la obra de Posada, va más allá de la reiteración monótona de analogías figurativas. En 1967 aparece la novela Cien años de soledad, poco tiempo después, a mediados de 1968, Posada emprende una impresionante tarea, en menos de tres meses, realiza más de ciento treinta dibujos directamente inspirados en la novela del gran escritor colombiano. No es el suyo el minucioso ejercicio del ilustrador sino más bien la apasionada vocación del intérprete. El trabajo se recogió ese mismo año en una exposición en el Centro Internacional de Arte de La Habana, Cuba, cuyo título Cien años de soledad de Márquez y Posada declaraba ya meridianamente unas intenciones y unos propósitos que superaban ampliamente el mero intento de imaginaria ilustración de una historia. Mucho se ha glosado hasta hoy la novela Cien años de soledad como corresponde a una de las más importantes de este atormentado siglo XX. La magna opus de García Márquez es la historia completa, desde su nacimiento hasta su desaparición, de un lugar que no figura en los mapas, Macondo, verdadero microcosmos y espejo de Hispanoamérica. La obra transciende incluso los límites de un continente para convertirse en una auténtica cosmología que se lee como un cuento de hadas. En cuanto a la serie de Posada, se conserva todavía hoy en Cuba, quizá algún día tengamos la fortuna de contemplarla…

 … Es muy difícil determinar hasta que punto aquella experiencia condiciona el desarrollo posterior de la obra de Posada. Una de las probables consecuencias, aparte del lógico reconocimiento público del que dan fe todas las crónicas de entonces, es que las misteriosas leyes y la sacralidad plural de la naturaleza implícitas en la gran epopeya mágica de García Márquez y sagazmente presentidas por Posada sirvieran como aglutinador y ordenador de las componentes fantásticas, presentes, frecuentes y diseminadas hasta entonces en todos sus dibujos y como elevador de la energía emotiva de su lenguaje.

Francisco Zapico Díaz

Fragmento de “Memoria de un reencuentro”, 1994, del catálogo «José Luis Posada. Dibujos y litografías, 1970 – 1994»

Centro de Escultura de Candás, Museo Antón

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