Presentación de «Baile de salón»

25Jun
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Dentro de las actividades conmemorativas del 30 aniversario de la apertura del Museo Evaristo Valle, que se produjo el 5 de Marzo de 1983, la historiadora del arte Gretel Piquer, presentará la pintura de Evaristo Valle En el baile y la microexposición Evaristo Valle, Bailes de carnaval, compuesta por cuatro obras de esa misma temática y diferentes técnicas.

En el Baile fue expuesta en Enero de 1919 en el Nuevo Bazar Masaveu de Oviedo, donde fue adquirido por un coleccionista particular. Ya entonces se elogió el gusto del comprador pues según las crónicas de la época “el cuadro constituía una perfecta síntesis del carnaval, con todo su revoltijo de candor, de payasería y de tragedia”.

Conocido únicamente hasta la fecha por las descripciones de la época y después de una profunda restauración, la obra se ha incorporado al Museo  gracias al generoso depósito de su actual propietario, complementando otras tres obras de temática y datación similar que se exhiben aquí, como son Baile de carnaval y dos bocetos de Abanico para el Baile de la Prensa.

Durante la segunda mitad de la década de 1910, Evaristo Valle participó activamente en los festejos del carnaval gijonés. Asiduo a la tertulia La Parra, grupo responsable de la organización de los entierros de la sardina más celebrados, el pintor cultivó todas las vertientes artísticas que la fiesta le ofrecía: diseñó programas de mano y abanicos para los bailes de la Asociación de la Prensa, proyectó coches de caballos adornados y fue jurado en concursos de carrozas y disfraces.

Pero, por encima de todo, la visión de las celebraciones se tradujo en su obra en la plasmación, casi documental, de escenas de desfiles, comparsas y bailes. En el baile un óleo de 48,5 x 63,5 cm, ilustra la vertiente aristocrático-burguesa del carnaval, que, a imagen de las grandes capitales, había puesto de moda los bailes de máscaras, con el objetivo convertir a la ciudad en un referente para la atracción de público selecto. A ello ayudó la tradición según la cual eran las mujeres, protegidas por el antifaz, las que invitaban a bailar a los caballeros: un hecho excepcional que cimentó la fama de los bailes gijoneses entre los forasteros. Una formulación totalmente opuesta a la mascarada de las clases populares, que tomaba las calles e integraba unos usos rurales que constituirían el tema predilecto del artista con posterioridad. No obstante, en estas escenas del carnaval urbano y burgués emergió la verdadera personalidad pictórica de Valle para la crítica del momento, como resultado de su reelaboración personal de las corrientes de la vanguardia artística europea.

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